lunes, 17 de agosto de 2009

CARTA A UN ANDALUZ O ANDALUZA

Hola paisano, hola paisana.
Quizás te parezca una tontería esto que he escrito, pero me ha apetecido saludarte; me he acordado de ti.

No se en que rincón del mundo te hallarás, pero dondequiera que sea, quiero que sepas, que hay alguien (aparte de los tuyos) que ha tenido un pensamiento para ti.
Igual estás ahora de vacaciones en tu pueblo o ciudad, disfrutando de la compañía de tu familia y de la playa.
¿Has visto qué calor hace? Es tremendo.
Puede que tengas que volver pronto donde tienes tu trabajo, tu vida.
Seguro que a parte de en tu video cámara, estás guardando todas las imágenes posibles también en tu memoria.
Mira las sierras, los olivares, mira esas casas blancas de los pueblos, esas calles desiertas al mediodía, y míralas por la tarde ¿no te parece que tienen un encanto especial? ¿ no te parece que el olor que desprende el suelo cuando las vecinas “ riegan la puerta” para sentarse, “ porque parece que ha refrescado”, es especial y maravilloso?
Mira a nuestra gente, cómo te ofrecen su hospitalidad, diciendo: “lo que se te ofrezca…”

Una vez en Cuba me preguntaron cómo era Andalucía; de repente se me pusieron los vellos de punta, el sentimiento me ahogaba, y las lágrimas rodaron por mi cara, Cuando pude, y como pude, expliqué cómo es mi Andalucía. Aún hoy me estremezco, al recordar lo que sentí.

Bueno, paisana, bueno, paisano, te envío saludos y un poema que compuse pensando en ti, que tuviste que marchar a otro lugar a trabajar, espero que sea de tu agrado.

ÉSTA ES MI TIERRA

Ésta es mi Tierra:
la que pone lágrimas
en los ojos
A quien vive lejos de ella.

La que sin voz
llama a voces
En la época de siega.

Ésa de los blancos campos
por el algodón en flor;
la que los pinta dorados
cuando abre el girasol.

Así huele mi Tierra:
Olor a casa encalada,
a jazmines y azahares,
a clavel, a hierbabuena,
olor a tierra mojada.

Al sudor de la labranza,
a noches de luna llena,
a las redes de la mar,
olor a playa serena.

Olor a melón maduro,
a melocotón en flor,
a tomillo y a romero,
a nardos y a procesión.

Así suena mi Tierra:
a murmullo de agua clara,
a zambomba y pandereta,
castañuelas, sevillanas,
a tanguillos y a saetas.

Al golpe seco que da
la vara contra el olivo,
al chasquear de la uva,
cuando cae el racimo.
A los vinos de Jerez,
al verde de nuestras sierras,
a pan y aceite de oliva,
así, sabe nuestra Tierra.

Esto siente mi Tierra:
Miedo, a ser olvidada,
Temor: a no ser Oída,
Dolor por no ser Querida,
Y por Marginada:
¡ RABIA!

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