sábado, 8 de agosto de 2009

BLAS INFANTE V





FRENO A LA AUTONOMÍA

Frente al decidido interés por conseguir una autonomía que sacara a Andalucía de la pobreza, no sólo se encontraba la incompresión que ya hemos dicho; hubieron otros inconvenientes que la retrasaron.

Primo de Rivera impuso una dictadura y suprimió las actividades de los grupos democráticos y de los autonomistas. Entre ellos, impidió que los centros andaluces pudieran continuar funcionando. Blas Infante se fue a vivir a isla Cristina donde nacieron dos de sus cuatro hijos, y aprovechó este tiempo para escribir algunos libros, y para visitar la tumba del último rey andalusí de Sevilla al Mutamid, enterrado en Agmat un pueblo de Marruecos. Allí conoció a descendientes de andaluces que habían huido de su tierra debido a la intolerancia religiosa.

En 1930 la dictadura fracasó y el general Primo de Rivera tuvo que retirarse. El día 14 de abril de 1931 se celebraron elecciones en España, y ganó la República, que fue muy bien acogida, y se esperaba que sirviera para mejorar las condiciones de vida y para acelerar las autonomías, ya que no sólo Andalucía la estaba pidiendo, si no también Cataluña, Euskadi, Valencia…

Pronto se reanudó la actividad de los Centros Andaluces, convertidos ya en Junta Liberalista. Se formó una Comisión Técnica Agraria apoyada por el gobierno, de la que Blas Infante era presidente y aprobó un proyecto de reforma agraria , para mejorar la calidad de los cultivos y la forma de vivir y trabajar en el campo.
Blas Infante se trasladó de nuevo, esta vez a Coria del Río, cerca de Sevilla, desde donde se llevaban los trabajos por la Autonomía. En Coria se hizo construir una casa, Villa Alegría, que hoy es “Casa Museo de Blas Infante”, en ella está latente y vivo el espíritu de un andaluz amante de su cultura, de su Tierra, y de la hermosa labor que desempeñó.

Sin perder tiempo, los andalucistas prepararon un proyecto de Estatuto de Autonomía. Entre otras cosas pedían Enseñanza y Justicia gratuitas para todos, y potenciar las cooperativas, para que hubiera más trabajo.

Al mes siguiente de instaurarse la República, acordaron convocar una asamblea de todas las diputaciones, Ayuntamientos, partidos, sindicatos, asociaciones culturales, etc, de toda Andalucía, para aprobar un Estatuto que debía ser presentado al Gobierno. La convocatoria partió de la Diputación de Sevilla, cuyo presidente, Hermenegildo Casas, apoyaba el proyecto. Sin embargo, la Asamblea no se pudo celebrar hasta el mes de enero de 1933, ocurrieron varias cosas que lo retrasó.

La primera, que el Gobierno tenía miedo a que los andaluces pudieran contar con representación propia en las Cortes. Blas Infante era miembro del Partido Republicano Federal, y se presentaba a las elecciones de julio de 1931. Por orden del Gobierno fueron detenidos los compañeros que se presentaban junto a él, a los que acusaron de intentar crear un Estado independiente en Andalucía. A él no le detuvieron, porque, casualmente, no estaba en la sede, cuando llegaron los policías, llamados en aquella época,”Guardias de Asalto”. Posteriormente, tuvieron que dejarlos libres, porque no había ninguna prueba de que las acusaciones fuesen ciertas.

Blas Infante explica con detalle los acontecimientos en el libro“La verdad sobre el complot de Tablada y el Estatuto Libre de Andalucía”.
Unos días más tarde detuvieron a un grupo de campesinos que se manifestaban para pedir trabajo en la Cruz del Campo, en Sevilla. El gobierno declaró entonces el “Estado de Guerra”. Con ese “Estado”, desaparecían todas las garantías para las personas, que podían ser detenidas en cualquier momento, y bajo cualquier falsa acusación.Se prohibían las manifestaciones, las reuniones, y cualquier tipo de concentración; un grupo de personas hablando en la calle, ya era motivo para que la policía procediese a detenerlos. En esas condiciones se siguió preparando la asamblea, pero no se podía llevar a cabo.

El 10 de agosto de 1932, hubo otro intento de golpe de Estado, esta vez organizado por el general Sanjurgo, aunque no triunfó, nuevamente se retrasó la Asamblea.
Por fin pudo celebrarse en enero de 1933, en Córdoba. Acudieron 729 representantes de ayuntamientos, partidos políticos y asociaciones culturales. En ella se aprobó el anteproyecto de Estatuto de Autonomía que debía convertirse en Estatuto, en cuanto fuese aprobado por los andaluces en las urnas.

A pesar de los inconvenientes, los andalucistas continuaron trabajando aunque con dificultad, a causa de los problemas que surgían. En Enero de 1934, formaron una comisión Pro Estatuto, para conseguir que el mismo fuera votado por los andaluces.
En estas condiciones, los andalucistas se sentían decepcionados y cansados; perseguir una idea que no se puede alcanzar, agota y destruye los ánimos, pero ellos, con Blas Infante a la cabeza, continuaron, querían cumplir el compromiso que habían adquirido con los andaluces por su propia voluntad.
Publicado por Guardiana de la Vega en 9:38 2 comentarios

No hay comentarios:

Publicar un comentario